Uno de los pilares para que una sociedad transite de un punto a otro es el acceso a la educación. A través de ella, niñas, niños, jóvenes y adultos alimentan su curiosidad y buscan cómo ayudar a sus comunidades a prosperar.
A pesar de su importancia, la educación y sus profesionales, las maestras y maestros de diferentes niveles académicos, tienen que enfrentar retos debido a la rapidez con la que está cambiando el mundo debido a la llegada de nuevas tecnologías y a las posturas de diferentes generaciones en temas educativos y socioculturales.
Fundación Coppel, reconoce la labor de los profesionales de la educación y el papel que juegan para impulsar el talento de niñas y niños en México, lo que les posibilitará el acceso a una mejor calidad de vida.
Por ello, trabaja de manera colaborativa con diferentes asociaciones educativas para poner sobre la mesa cuáles serán las acciones que, si se trabajan desde hoy, tendrán buenos resultados en el futuro de la educación en el país y de otras naciones de Latinoamérica.
Como resultado de las alianzas con asociaciones como Varkey Foundation, El diálogo. Liderazgo para las Américas y Mexicanos Primero, se han generado iniciativas como la Comunidad Araucaria o el Encuentro Latinoamericano de la Coalición Latinoamericana para la Excelencia Docente, que se fundó en 2019 y que en mayo de 2023, reunió a académicos, gestores de políticas públicas, docentes y directivos de fundaciones de más de 14 países .
“En materia de educación cada país tiene sus particularidades, pero todos compartimos ser parte de una época donde todo cambia muy rápido y me parece que entre los principales retos que tenemos enfrente es pensar a la educación fuera de la caja y la forma en la que se vamos a transmitir valores, habilidades y demás aptitudes a niñas y niños que están en una evolución aún más constante que antes”, mencionó Rocío Abud, Directora de Fundación Coppel y Responsabilidad Social de Grupo Coppel, durante el encuentro.
¿Cómo se encuentra la educación en Latinoamérica?
La región atraviesa por una crisis educativa desde tiempos antes de la pandemia de 2020-2022. En 2015, el Banco Mundial y la UNESCO informaron que la pobreza de aprendizaje tuvo a 53% de los niños y las niñas de 10 años de edad sin poder leer y comprender un texto simple, para el 2019 fue el 57% y finalmente como simulación para el 2022 un 70%.
Para enfrentar la crisis educativa, las y los docentes son clave. La calidad del servicio educativo de un país depende de la calidad de sus docentes, por lo que estar expuesto a un docente con alto desempeño tiene un impacto positivo en el aprendizaje.
Con este panorama, es necesario que los países de Latinoamérica sigan promoviendo:
- El reconocimiento de las y los docentes a lo largo de la vida de decenas de generaciones y por ello, trabajar en conjunto para que tengan un ingreso digno.
- La formación continua para las y los profesionales de la educación tanto en conocimientos generales y especializados, como en el uso y aplicación de nuevas tecnologías en las aulas.
- Una motivación constante para que los líderes educativos busquen la alta calidad dentro y fuera de las aulas.
- El diseño de sistemas de medición de los programas y planes educativos para que, en un futuro, se puedan hacer mejoras teniendo como base evidencias.
- La efectividad de los docentes que están en el aula y asegurar que el desempeño de esa persona sea el mejor posible
- El trabajo en redes entre profesionales educativos e instituciones gubernamentales en la materia, organizaciones de la sociedad civil, empresarios, entre otros actores sociales para asegurar que cualquier cambio que beneficie a las y los alumnos, trascienden ante los cambios en la administración pública.
Al finalizar el encuentro, se mencionó que para impulsar la formación docente en Latinoamérica es necesario que se vea a la educación como un bien común que debe de ser accesible y con la capacidad de transformarse para que las sociedades sean cada vez más incluyentes y diversas.