Por mucho tiempo el desarrollo económico representó la erradicación de identidades, la asimilación de dinámicas que silenciaban los aspectos más auténticos de una comunidad en favor de la incorporación a economías globales. A la pérdida de identidad, se sumaba en muchos casos una explotación desconsiderada de recursos naturales, con un impacto negativo en los ecosistemas.
En la actualidad, el desarrollo económico tiene que ver con el crecimiento incluyente que permita a los mexicanos generar los ingresos suficientes para desarrollar su máximo potencial, de acuerdo con sus necesidades e intereses.
Para lograrlo, en esta línea de acción trabajamos en los siguientes ejes, cada uno de ellos con