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La misión: ayudar a los que ayudan

En tiempos de pandemia, ayudar a los demás es ayudarse a sí mismo. Descubre cómo desde Coppel nos dedicamos a ayudar a los que ayudan contra el Covid-19.

Los tiempos difíciles permiten a los seres humanos analizar sus vidas desde otras perspectivas y valorar lo que tienen. 

La contingencia de salud ocasionada por el COVID-19 hizo evidente que hay quienes no cuentan con las mismas facilidades para afrontar la crisis, lo que hace indispensable el apoyo de unos a otros para juntos salir adelante. 

Para ayudar a los que salvan vidas, Coppel lanzó la convocatoria “COVID -19”, que benefició a 67 iniciativas sociales. Los apoyos, que van desde 35 mil hasta 400 mil pesos, están enfocados en proteger la salud de quienes están en los grupos de riesgo ante el virus. Ésta es la historia de una de ellas.

Un hogar seguro

A sus 97 años, Tere no le teme a la muerte ni a la vejez. No usa lentes, bastón ni muletas, pero algo no la deja dormir últimamente: el COVID-19.

Ella es una de los 89 residentes del Hogar Marillac, en Naucalpan de Juárez, Estado de México, que desde hace más de 50 años da techo, cuidado y compañía a adultos mayores.

“Tengo miedo todas las noches. A veces despierto y no puedo dormir porque no sabemos de qué enemigo nos estamos protegiendo y cuidando, no lo conocemos”, dice María Teresa Villa, quien vive en el hogar desde hace 15 años.

Con apoyo de la convocatoria, este asilo ha podido implementar protocolos preventivos, como el uso de cubrebocas, caretas, gel antibacterial y desinfectantes.

Además, equipará un área de aislamiento con condensadores de oxígeno, mascarillas especiales y oxímetros para evitar el contagio masivo en caso de que surgiera algún caso positivo en la institución.

“No queremos que el virus entre al hogar”, comenta su director, Jaime Javier López. “Hemos aprendido de las lecciones del mundo, por ello estamos tomando estas medidas”.

El cariño hacia los abuelitos es tan grande, que algunos miembros del personal han optado voluntariamente por quedarse ahí durante la cuarentena.

“No es fácil, porque no estamos acostumbradas a estar aquí 24 horas, pero si me cuido yo, los cuido a ellos. Y ése es el compromiso, hacer este sacrificio para que no tengamos ningún contagio”, explica Nohemí Santos, una de las 50 cuidadoras del hogar. 

Con este tipo de medidas buscan evitar lo sucedido en países como España, donde hubo asilos que reportaron hasta 20 muertes. 

“Mi familia está afuera, pero aquí tengo a otra familia y también quiero que estén a salvo”, expresa Enriqueta “Queta” Cramer, de 99 años, quien tiene 9 años en este hogar. 

A pesar de la amenaza que representa el virus, el director del asilo ve esta situación como una oportunidad para mejorar la relación entre los abuelos y sus familias. 

“Nos damos cuenta de que lo que realmente importa son las personas, nuestros seres queridos”, expresa.

El apoyo de Coppel permitirá ayudar a los que salvan vidas en este hogar y que sus 89 residentes, así como el personal que labora en él permanezcan seguros durante la contingencia.

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